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UTOPÍA DE NUESTRA NACIÓN E INDEPENDENCIA – Valentina Páramo 10°

El propósito principal de lo aquí escrito es explicar los conceptos de independencia y nación como ideas utópicas y constantemente cambiantes, esto basado en los hechos históricos, políticos y sociales del País, dando base en planteamientos de diferentes autores y las interpretaciones que respectivamente se expondrán.

Primero se hará enfoque en cada concepto y luego en la unión de estos.

De acuerdo con el pensamiento de Rafael Calduch cuando se habla de nación se hace referencia a “una colectividad que ha alcanzado su integración cultural entre sus miembros, en el transcurso de un proceso histórico común, gracias al cual goza de una capacidad de actuación y relación con otras colectividades internacionales, así como de una autonomía funcional interna, garantizada por la identificación entre los individuos y la nación” (Calduch R, – Relaciones Internacionales- Cap. 6º).

El concepto de nación así reseñado, que debe integrarse con el sociológico que permite ver la nación como el asentamiento dentro de un territorio de un pueblo con la misma lengua, igual identificación acerca de su historia, sentido de su futuro igual e incluso el mismo folclor  debe dar paso a analizar cada uno de sus elementos relacionándolos con las realidades que existen en nuestro país, 200 años después de la batalla de Boyacá que se toma como fecha de la independencia y que debe dar paso a una respuesta respecto de los siguientes interrogantes:

¿Existe en Colombia una integración cultural entre todos sus miembros?

La respuesta afirmativa se torna difícil, en la medida en que la multiculturalidad que nos es propia determina visiones diferentes y contrapuestas en cuanto a nuestra identidad.

Véanse como ejemplos los temas que se derivan de las diferentes concepciones y criterios de pueblos tan diferentes como los amerindios y los afroamericanos con relación a la nación producto del mestizaje y de la adopción de elementos culturales propios del pensamiento occidental.

Este conflicto explica en buena parte los enfrentamientos por la tierra, por la lengua, por el respeto a las tradiciones que hoy son materia de controversia entre comunidades indígenas y el Estado, como el recientemente sucedido en el Cauca.

¿Tenemos un proceso histórico común?

La respuesta negativa se nutre de hechos históricos suficientemente conocidos y que se han dado desde los albores de la independencia:

Se construyó la institución de la hacienda a expensas de la ocupación de tierras de los indígenas, la lucha de las comunidades indígenas corresponde a un proceso histórico diferenciado, como también lo es el proceso de eliminar lengua, religión y concepción del mundo de los pueblos indígenas y negros, para imponer una realidad que les era ajena: la lengua española como única, la religión cristiana como la verdadera, la tradición e historia como mestizos que borró y ha borrado la de otros pueblos.

¿Tenemos un reconocimiento como país?

Ciertamente la respuesta es afirmativa, pero con una salvedad no somos un país- nación, sino que nos reconocemos como un país multicultural. Esto es, empezamos a mirarnos como un país en el que existen varios pueblos y de ahí el respecto a la interculturalidad.

¿Hay una identidad entre los individuos y la nación?

La respuesta es que si bien nos sentimos todos colombianos, existen intereses diferentes entre los pueblos que están en el territorio colombiano, por lo que la identidad no  puede ser plena.

Entonces, dentro del proceso que hemos vivido, se puede concluir que el proceso de independencia no condujo ni podía conducir a la consolidación de un país-nación, ya que en la realidad somos un país- naciones, esto es en donde conviven diferentes culturas que no se han logrado integrar y en donde apenas existe un proceso reciente de reconocimiento de la multiculturalidad y el respeto hacia la diversidad.

Para corroborar el criterio que se expuso, considero importante citar a LUIS LOPEZ DE MESA, que desde su especial visión señaló: “la historia de los colombianos habría estado marcada por seis eventos frustrantes: la desaparición megalítica de San Agustín, el derrumbe de los Muiscas ante la conquista, la independencia, la disolución de la Gran Colombia, la separación de Panamá y el quiebre de la institucionalidad democrática en 1949”. Todos hechos que muestran a los diferentes grupos sociales y étnicos de Colombia como naciones que no comparten la importancia de los mismos hechos históricos y si algunos de estos se comparten por dos o más grupos, probablemente afecten a la identidad de otro u otros grupos.

La independencia es antes que otro asunto, un concepto político que incorpora varios elementos: (i) El de libertad , o sea el derecho de un pueblo o unos pueblos ubicados dentro de un territorio para establecer sus órganos de gobierno y sus leyes, sin tutela ajena, pero respetando los derechos de otros pueblos. Este es tema que hoy pasa por el de la globalización que crea lazos de dependencia entre diferentes países. (ii) El de autonomía, o facultad de gobernarse por sus propias leyes, que hoy se desdibuja por la interdependencia económica de todos los países y la existencia de un orden legal internacional, y (iii) la autodeterminación que es la toma de decisión de los habitantes sobre su futuro político, que en mucho tiene que ver con su libertad y autonomía que se concretan en los procesos electorales libres.

En la relación de independencia y nación se puede decir que hoy esta interdependencia crea una situación de relatividad de independencia en términos políticos, y económicos y que en el caso colombiano, al relacionarla con el concepto de nación, podemos afirmar que como país (esto es como grupo de personas ubicadas dentro de un territorio) en que hoy se reconocen problemas de multiculturalidad, apenas estamos afianzando un proceso de unidad que nos llevará a ser más fuertes dentro de la relatividad del concepto de independencia, que hoy se mira como una utopía.

Nuestros héroes de 1819 quisieron construir la independencia, pero que a doscientos años, si bien existen conceptos de libertad y autonomía afianzados, hoy estos se miran dentro de la sociedad desde una diversidad de ángulos, que dependen de los intereses de los diferentes sectores de la sociedad y muy especialmente desde la visión de los diferentes pueblos que existen en Colombia.

Con estos planteamientos claramente no se busca desmeritar el trabajo de la campaña, que para su época fue un paso de gigante hacia la libertad, sino motivar a poner en cuestión el manejo de nuestro país y crear conciencia de equilibrar la balanza, de entender esta multiculturalidad y de respetarla, lograr a través de los diferentes mecanismos de comunicación de la actualidad entender nuestra cultura y la del otro, para que de esta manera podamos escribir y actuar nuestra propia historia, comprender que es nuestra responsabilidad como jóvenes informarnos, tomar las  decisiones necesarias para cambiar el rumbo de nuestro país, para que ya no seamos una utopía sino una realidad, para que toda esta variedad Social, cultural y política nos una en vez de separarnos, lograr a través de mecanismos y espacios como este ver nuestra sociedad de manera diferente, comprender el cambio y promoverlo para que de este modo haya una mejor comprensión de todo lo que sucede y ha sucedido en nuestro país.

 

BIBLIOGRAFIA:

-EL ESPECTADOR

– Calduch, R.- Relaciones Internacionales, Capitulo 6

-Jorge Eduardo Lamo Gómez- Abogado y Decano Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas UNAB