Áreas Académicas Blog
UN VIAJE POR EL PASADO ARQUITECTÓNICO DE BUCARAMANGA – Helena Andrade 10°B

Hace poco más de 400 años, al noreste del joven país sudamericano, el cual más
adelante sería conocido mundialmente como Colombia, exactamente sobre la
cordillera oriental, a orillas del río de oro; un 22 de diciembre, el capitán Andrés
Páez de Sotomayor y el prebistero Miguel Trujillo fundaron la bella comunidad de
Bucaramanga con el fin de facilitar las visitas a las minas de la región, así como
evangelizar a los indígenas guanes que poblaban esa tierra que, con los años y el
peño de los ciudadanos, se convertiría en una de las ciudades más reconocidas de
la nación.
Sin embargo, el proceso de un pequeño pueblo a la reconocida “ciudad de los
parques”, quinta urbe más importante del país, fue lento y marcado por distintas
obras que sirvieron de inspiración para las actuales que ostenta con orgullo la
metrópoli. Para iniciar con esta exposición, es necesario destacar la primera
construcción que se realizó en el nuevo territorio, la iglesia de Chiquinquirá de Real
de Minas de San Laureano, la cual ha contado con 3 reconstrucciones, siendo esta
el centro donde se comenzaría a levantar lo que hoy día los bumangueses y turistas
conocen como “el centro”. De igual forma, según fuentes de historiadores, la
expansión de la localidad se marcó por la urbanización de sectores específicos,
empezando con la conocida “Quebrada seca”, en donde se construyeron dos
puentes cruciales entre 1900 y 1910, estos serían el puente del comercio y el
puente de la avenida Camacho Carreño.
Por otro lado, La Rosita es considerada la segunda localidad de vital importancia
para el avance en la época, destacando el primer acueducto de la ciudad, el cual se
mantuvo hasta los inicios del siglo XX. “Las Chorreras de Don Juan”, también parte
del asentamiento, eran un conjunto de 25 pozos que llevaban agua a Giron y
Piedecuesta, de igual forma, eran la fuente principal de este líquido, más adelante
fueron bautizados como la esquina de lastres B (Barril, Bobo y Burrito); para más
adelante, cerca de este abastecimiento, nacieron 3 de los primeros barrios Los
Piñitas, los Escalones y Guane.
Para finalizar con esta exposición hace falta mencionar el conocido “Parque del siglo
XX”, el parque Santander; marco el inicio de distinguidas y elaboradas obras como
la famosa Iglesia de la sagrada familia, así mismo, fue un factor de relevancia para
que en 1930, 40 y 50 se alzaran construcciones como el Club del Comercio, el hotel
Bucarica y el Banco de la república respectivamente.
A pesar de los distintos avances y edificaciones que con el tiempo han sido de gran
ayuda para el desarrollo, con el paso de los años Bucaramanga ha conseguido un
título poco agradable, “la ciudad sin memoria”; esto debido a que gran parte de las
estructuras con valor histórico han sido reemplazadas por construcciones de
comercio; pese de que este hecho apoya al avance económico, resulta preocupante
que gran parte de los predios que conmemoran el pasado y son considerados
patrimonio han pasado a ser escombros y sobrevivir meramente en la memoria de
los mayores.
Bucaramanga ha tenido un largo proceso de pasar a una pequeña localidad, a la
capital del departamento, esto gracias a sus ciudadanos y avanzadas obras útiles
para la época, como las mencionadas en este artículo; puede que haya pasado ya
más de 4 siglos, no obstante, todas esas construcciones significaron un importante
pilar para el desarrollo y para formar lo que ahora los más jóvenes conocen y gozan,
por esta razón, es de suma importancia no olvidar el pasado, este siempre será
parte fundamental de lo que hoy día conocemos.