A lo largo de los años dentro de la historia humana, siempre hemos tenido percances, las pandemias no han sido absueltas de ser uno de estos problemas, pues a cada paso en la aparición de mutaciones de virus, estos se desarrollan de maneras mucho más efectivas cada vez más, haciendo quedar obsoletos algunos medios para poder erradicar síntomas y desenlaces dolorosos de las secuelas que dejan en el cuerpo de aquellos q las padecen, pero se van mejorando varias áreas para predisponerlas ante un ataque futuro mejorándolas, y obteniendo una mejor capacitación a partir de las vivencias pasadas, parece hace poco se han venido presentando nuevos virus, el más actual, es sin duda uno de los más mortales y peligrosos por su variabilidad genética, sin embargo no es imposible de erradicar, pero para hablar del boom y madre de todas las pandemias, y una de las que más repercusiones dejó no solo en la edad media sino en el mundo, política, económica, religiosa, y socialmente, fue la peste negra, con la llegada de la bacteria “Yersinia pestis”, comenzó desde tiempos de la antigua Constantinopla, posteriormente mutando y tarida en el siglo XIV por ejércitos asiáticos, propagándose a través de los viajes marítimos del egeo, siendo este un virus tan mortal que acabó con casi la mitad de la Europa medieval.
Primeramente para resaltar los cambios en los diversos ámbitos en que una sociedad europea se compone, se debe hablar como un tema primal, el sistema de castas, pues fue a partir de esta peste, que muchos reinos empezaron a venirse abajo en la mano de obra, la producción totalmente reducida, por ende de la nobleza monárquica tuvo que concentrar un poder mucho mayor, para poder controlar la plaga y la producción de campos agrarios, de allí se desencadenaron una tremenda inequidad, pobreza, y pocas oportunidades de conseguir suplementos, empleo y salud asegurada, cabe resaltar que por parte de la bacteria, se afectaba a cualquiera por igual, pues el riesgo de contagio se veía aumentado en 4 veces a diferencia de otras cepas anteriores. Ahora bien a partir del boom de la problemática social inminente, extendida a lo largo de condados interinos y externos, los gentilicios de los campos y ciudades pequeñas en busca de mejores condiciones salubres, se instalaron en las grandes metrópolis, causando una mayor concentración de personas bajando el índice en aquella época «cápita per salutem» que refería a la taza soluble de cada ciudad, siendo tan grave que al día podrían llegar a morir entre 8 y 10mil personas, lo que redujo a la población entre un 35 y 40% de la población europea.
Otro tema a hablar que demuestra un cambio totalmente resaltante en lo que concierne a las repercusiones de la pandemia, son las medidas drásticas e insanas que se aplicaban a la gente que padecía, lo que generaba un aura de desmoralización y perdida humana social, pues en muchos casos en vez de tratar de curar personas que estuvieran sufriendo síntomas, se les extraditaba de su casa, dejándoseles en las calles al supuesto cuidado de los médicos negros, caracterizados por su tenebrosa mascara en forma de pico, que más allá de dar dosis de simples rezos y oraciones, solo estaban para observar los enfermos morir día a día y llevarlos a incineraciones clandestinas al cabo del fallecimiento, un total de 20% de la población, adoptó una psicosis mediada de parte de las medidas religiosas, y un 60% en su totalidad quedaron con un post traumatismo, cosa que a su vez desencadeno un montón de implicaciones y sospechas religiosas a cualquier carácter que pudiera representar herejía, motivando a mucha gente a diseccionarse en sectores que se distanciaban del cristianismo, otros que seguían al pie de la letra los mandatos eclesiásticos y varios más grupos que posiblemente eran los perseguidos. Y también se debe mencionar de apego que al no haber químicamente algún medicamento que mejorara mínimamente los síntomas, la bacteria perduró como propagante de máximo exponente al menos hasta la Europa del siglo XVII, donde aún habitaba y afectaba a ciertos grados, aunque reducidamente a ciertas personas.
Así pudiéndose concluir que, a partir de una simple atajada en el camino determinado por una bacteria, el sentido de razón de una sociedad puede verse distorsionada, al grado que cada persona des-interioriza una normalidad, llegando otra totalmente contraria, como se puede de igual manera identificar en épocas actuales, siendo la peste bubónica un ejemplo que refleja el pasado notable donde se proyecta el cambio repentino e inevitable de una comunidad. Quedándose impune el hecho del cambio, lo que deja de reflexión cada cepa nueva de virus o bacteria que se presente y cause gran apogeo maligno, es la necesidad de superación social, pues al traerse nuevos cambios, se incita a tener una adaptación mejor, es por eso que, a diferencia de los medios preventivos de estas mismas épocas pasadas , mediadas de poca estabilidad social , hábitos salubres pésimos y una sanidad terrible, en la actualidad se obtienen acciones más consientes, con una mejor logística y desempeño para frenar lo que se viene , pero aún se tiene un largo camino de desarrollo, pues a medida que se avance socialmente, se va a poder erradicar exponencialmente el impacto.
