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SANTANDER: ENTRE EL LUJO NATURAL Y EL VALOR DE LA AUTENTICIDAD – Juan José Ramírez Lemos – 11°B

Santander, un departamento colombiano conocido por su impresionante belleza natural y su rica cultura, se encuentra en una encrucijada interesante entre el turismo de lujo y la preservación de su esencia auténtica.

En los últimos años hemos visto un aumento en el desarrollo de atracciones y alojamientos de alto nivel en la región, especialmente en áreas como Barichara y el cañón del Chicamocha. Estos desarrollos han traído consigo un flujo de dinero y turistas en busca de experiencias exclusivas.

Es innegable que la inversión en la infraestructura turística ha mejorado la accesibilidad y comodidad para los visitantes. Sin embargo, el verdadero lujo de Santander no reside en sus hoteles cinco estrellas o en sus restaurantes gourmet. El auténtico tesoro de esta región se encuentra en su naturaleza virgen, en la calidez de su gente y en la preservación de sus tradiciones. El parque Nacional del Chicamocha, las cavernas de El Curi, los rápidos del río Fonce, estas son verdaderas joyas que ninguna cantidad de dinero puede replicar.

Es crucial que en la búsqueda del desarrollo económico a través del turismo no se pierda de vista lo que hace única a Santander.

Además, es importante considerar el impacto en las comunidades locales. Mientras que el turismo de lujo puede traer empleos y oportunidades económicas, también puede generar desigualdades y alterar el tejido social de pueblos y ciudades pequeñas.

Es evidente que la capital del departamento es punto de gran interés y deslumbra también con su encanto a nuevos visitantes incluyendo personas de influencia. «Bucaramanga, una chimba de ciudad… Casas hermosas que parecían cerros suizos» (palabras dichas por el influencer Westcol). Sin embargo, es fundamental que los beneficios del turismo se distribuyan equitativamente y que se preserve la calidad de vida de los santandereanos.

En conclusión, Santander tiene el potencial de ofrecer experiencias de lujo únicas sin comprometer su autenticidad. El verdadero desafío es encontrar un equilibrio entre el desarrollo turístico y la preservación de su patrimonio natural y cultural. El lujo en Santander no debería medirse por el precio de una habitación de hotel, sino por la riqueza de las experiencias que ofrece y por su capacidad de mantener intacta su esencia a lo largo del tiempo.

Como visitantes y amantes de esta hermosa región tenemos la responsabilidad de valorar y proteger lo que hace especial a Santander. El verdadero lujo, al final, reside en poder disfrutar de un lugar tan maravilloso en su estado más puro y auténtico.