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Recordando nuestro uniforme. Nicolás Duran y Carlos Becerra – 11A

Una de las etapas fundamentales en la vida es el colegio, no solo porque establece los cimientos de tu cognición, si no también te forma como persona y ser humano, por ello se le conoce como tu segundo hogar, pues gran parte de tu niñez y tu etapa de crecimiento es protagonista de su estadía, desde que empiezas, hasta que te gradúas y culminas tu etapa escolar, por esta razón siempre recordaremos el paso por estos lares, que alguna vez te acogieron de pequeño, te cuidaron y te enseñaron gran parte de lo que hoy en día llamamos conocimiento y te vieron crecer y partir, yendo en busca de nuevos retos y experiencias.

No es un secreto que, en los grados pequeños como párvulos, preescolar, transición o primaria, los recuerdos son casi nulos, a pesar de que hayan sido los cursos encargados de definir junto con tu propio juicio, quien serás en el futuro. Por ello también se considera a la primaria como una de las etapas más lindas del colegio, tanto para tus padres, como para tu yo pequeño. Esta época dorada estuvo adornada por juegos, recreo, y nuestras primeras amistades, que, en algunos casos, han perdurado con el tiempo. Siempre quedará en la memoria el recuerdo de nuestro primer día de clases, da igual el grado en el que nos encontráramos, siempre padecíamos de ese hormigueo y esa angustia que junto con el miedo, nos aterrorizaba y generaba un poco de temor que nos hacía querer quedarnos en cama durante todo ese día. También es bueno recordar el momento donde éramos felices y todo era perfecto, el descanso, donde su comienzo estaba adornado por los más estruendosos gritos de otros niños ansiosos por salir a jugar, y aquel tumultoso desorden formado por la prisa de los críos con ansias de salir, donde, más de un infante sufrió uno que otro accidente, pero en esos buenos tiempos eso no importaba si el propósito de salir a divertirse estaba presente.

Si nos detenemos a pensar en toda nuestra experiencia en la primaria, seguramente terminaríamos con una sonrisa plasmada en nuestro rostro, pero mezclada también con un poco de nostalgia, pensando “éramos felices y no lo sabíamos”, pero en realidad sí lo sabíamos, solo que no éramos conscientes de que iba a terminar, por ello esta etapa siempre será considerada como uno de nuestros momentos cúspides  de nuestra inocencia, de nuestra alegría, de amor o de nuestra sensibilidad, (entre otros), que siempre ocupara un espacio dentro de nosotros.

Cinco años o más habrán pasado para aquellos que ingresaron al colegio en pre-escolar o en primero primaria, ahora una nueva era académica empieza, desde ahora se estará hablando de bachilleres que poseen el conocimiento básico para poder ascender y ascender hasta llegar a el grado once. Se recordará al grado sexto como el primer paso en un mundo nuevo diseñado para ser explorado y descubrir que esconde en su interior, también se recuerda el primer grado de bachillerato como el inicio del final y no faltan las palabras de los docentes que nos indicaban que dejaríamos de ser los más grandes para poder ser los más pequeños. A partir de esos primeros años la vida académica que era conocida en la primaria ahora sufre un gran cambio, creando en los estudiantes un sentido más grande de lo que es la responsabilidad, la autonomía y el carácter, lo anterior se explicaría con la intensidad académica en la que aumenta el colegio en los grados de bachillerato la cual es gradual para algunos o excesiva para otros. No se debe dejar de lado el crecimiento personal que un bachiller atraviesa, ya no es el niño sin valores e inocente arrojado con una cinta amarrada a sus ojos, ya ese niño ha crecido empieza a forjar su etapa adulta, a lo largo de ese camino aparecen y desaparecen amigos, algunos han persistido y desde los primeros años en el colegio han caminado junto a nosotros, otros han desertado en el camino y están los que son nuevos  pero parece que realmente sean de toda la vida, del término “amigo” se puede decir que se forja con más rigidez en el bachillerato que en la primaria que lo único que quieren hacer los niños es jugar y jugar sin saber que estamos jugando para nosotros mismos, en el bachillerato todo cambia, la razón , los valores , la preocupación por un futuro con éxito , atraen y repelen a muchos amigos , en bachillerato se sabe quien cumple el papel de amigo y quien está ahí solo por interés o comedia.

Ahora en el último grado del recorrido académico se puede decir, recordar o reír de muchas cosas que marcaron la vida del estudiante como su primer contacto con el mundo y su realidad, Gracias a la filosofía, la matemática y la historia ya se deja de ser ignorantes y empezamos a formar nuestro propio camino por nuestra propia cuenta, ahora el camino que sigue es recorrer los pasillos de la universidad y crecer aún más como animales pensantes que al final es lo que somos los seres humanos.