POLÍTICA Y POLITIQUERÍA
“Si en apariencia tomo parte en política se debe a que la política nos rodea igual que el abrazo de una serpiente del que no podemos desasirnos por mucho que lo intentemos. Por lo tanto, deseo luchar con la serpiente.” La anterior frase de Gandhi, el inolvidable dirigente indio, muestra la necesidad de participar en política, en nuestra sociedad.
Curiosamente el verbo Participar, en los dos primeros significados del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, nos permite plantear un par de connotaciones frente a uno de los mayores problemas que agobian a la política desde siempre y que hoy en día está nuestro diario vivir. En primer lugar Participar, se define como: “Tomar parte en algo.” Relacionémoslo de inmediato con el ejercicio del poder en búsqueda del bien común, escenario propio de la política. En segundo lugar Participar, se define como: “Recibir una parte de algo.” Vinculémoslo enseguida con el ejercicio del poder en la consecución del interés particular, contexto propio de la politiquería.
“No hay similitud, ni concordancia conceptual entre política y politiquería”, dice el periodista y escritor guatemalteco Mario Antonio Sandoval Samayoa, pero la gente las confunde y esta falta de identificación trae graves problemas a la sociedad.
Quien actúa con poder debe hacerlo con integridad, “…el que ha de gobernar ha de tener virtud perfecta…”, enseñaba Aristóteles, en La Política. La Virtud, como cualidad personal que se considera buena y correcta. Hablamos entonces de grandeza, ponderación, justicia….y toda una serie de valores que conocemos o debiéramos conocer (y profundizar !), para un mejor estar de todos en comunidad.
Guillermo Ortiz Muñoz