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¿NUEVA FORMA DE VIDA O DAÑO IRREVERSIBLE?: IMPLICACIONES DEL COVID-19 EN EL MEDIO AMBIENTE – Gabriela Cala – 11C

No es sorpresa para nadie el gran impacto que ha tenido el Coronavirus alrededor del mundo; las alarmantes cifras de enfermos y muertos, la caída en picada de la economía y la afectación en el plano psicológico de las personas son solo algunos de sus efectos desfavorables que se han podido evidenciar. En lo que respecta al ámbito medioambiental, el confinamiento ha dado paso, no solo a consecuencias negativas, sino que también se pueden observar resultados positivos. Sus implicaciones generan dos situaciones de cada extremo, son complejas; mas la perspectiva beneficiosa que trae, no es más que una sensación de alivio momentánea, condiciones que van a retornar a su estado original una vez se haya restablecido la situación “normal” en la que se vivía, anterior al virus y a la pandemia.
El movimiento de la población, bien sea dentro o fuera del país, se vio limitado casi en su totalidad, impidiendo el uso de medios de transporte y por consiguiente, permitiendo la reducción de la emisión de gases de carbono, provenientes de los combustibles a gran escala de los aviones, o a una menor de los carros, buses, etc. Estas cifras, comparadas con años anteriores y a escala mundial, llegaron a decaer, en promedia, hasta un 17% a inicios de abril, días después de que el Covid-19 fuera declarado como pandemia y de que la mayoría de países, entre esos Colombia, ya hubiera declarado el inicio de la reclusión.
Sin embargo, meses después, cuando el panorama no resultaba tan alarmante, la intención de rehabilitar la economía y abrir nuevamente los establecimientos, ocasionó que, rápidamente, aumentara esta emisión de gases nocivos para la atmósfera, y los cambios que se dieron se fueron tan rápido como llegaron. Además de esto, los representantes de ciertos países, como China y Estados Unidos, buscan métodos alternativos, que ciertamente son contraproducentes para el entorno, con una visión de volver potenciar su economía interna. En ese punto no encuentran trascendental el daño que le ocasionarían al planeta, sino que sus decisiones son impulsadas por el deseo de arreglar sus finanzas lo más rápido y efectivo posible.
Continuando en esta línea argumentativa, el aumento de desechos de hogar y hospitalarios también muestran cifras significativas que van en un aumento exponencial. Según ABRELPE, asociación de gestión de residuos, los residuos sólidos de las casas aumentaron alrededor del 15 al 25 % y los desechos médicos incrementaron cerca de 20 veces más; gran cantidad de estos restos resultan tóxicos y peligrosos. Por otra parte, la demanda de productos plásticos, como el tapabocas, los guantes, botellas para desinfectante, los empaques de domicilio de restaurantes, etc, experimenta un alza muy grande que supone un retroceso en todos los sistemas de reducción del uso de plásticos, para una producción más sostenible. Además, la cantidad de tapabocas que se encuentran desechados en las calles y en los andenes contribuyen a su acumulación y su posterior influencia en el deterioro del medio.
En definitiva, no es mediante una pandemia que se van a solucionar los problemas a largo plazo, y menos aún si el objetivo es mitigar el cambio climático. Las medidas de recuperación del ecosistema, propuestas por los políticos al mando, deben ser estables y formales si se quiere lograr un balance o equilibrio ambiental. Es indispensable tomar conciencia antes de que los daños no puedan ser revertidos.

Bibliografía:

  • https://carbonmonitor.org/
  • https://abrelpe.org.br/publicacoes/