Todo comenzó en el mes de marzo del 2020, cuando se anunció en el país que debíamos entrar en confinamiento total por el riesgo de contagio de Sars-CoV-2, en donde debimos comenzar en casa alistar los alimentos, horarios de trabajo y estrategias para que esos días fueran más fáciles de llevar.
Al principio lo tomamos como unas largas vacaciones y fue divertido disfrutar en familia porque teníamos tiempo para compartir, jugar, reír, ver películas, e incluso aprender recetas de cocina. Entre los meses de abril y mayo el colegio anuncio el inicio de las clases virtuales, al principio fue muy difícil adaptarnos a ver nuestros compañeros a través de una cámara y entender el uso de las plataformas virtuales, después de entender cómo se hacia una clase virtual fue más fácil llevar la situación.
A medida que pasaban los días y meses era muy triste ver y escuchar por las noticias como morían miles de personas a causa del virus, y a pesar de las diferentes medidas adoptamos a nivel mundial seguían los contagios, y todo parecía que nunca lograríamos regresar a la normalidad. Escuchaba a mis papas hablar de la importancia de cumplir con las medidas de bioseguridad, como el lavado de manos, desinfección de todos los elementos que provenían de la calle, el distanciamiento social y lo más complejo de adaptarnos el uso del tapabocas. Toda esta situación me hizo pensar como serían las celebraciones de nuestros cumpleaños, siempre organizábamos un plan muy chévere en familia, para mi sorpresa mis papas sin darme cuenta me hicieron una linda decoración en el quiosco de nuestro jardín, me mandaron hacer mi pastel favorito, programaron una reunión por zoom con mis familiares y amigos. Fue una linda celebración y entendí no importan en las situaciones que estamos siempre podemos lograr ser felices.
Cuando poco a poco el país iba entendiendo el manejo y el comportamiento del virus, nos permitieron salir algunos lugares, pero teniendo las precauciones, aunque el personal del área de la salud no tenía ninguna restricción para ingresar a cualquier establecimiento público y poder transitar sin problemas en toda el área metropolitana. fue cuando mi mami toma la decisión en el mes de octubre retomar mis asesorías con la fonoaudióloga Marina Porras, fue impactante salir nuevamente a las calles, verlas desoladas, establecimientos cerrados, otros desocupados, parecía una película de terror y lo peor en algunas ocasiones observamos personas sin tapabocas.
Mientras el país y le mundo seguía en la batalla de ganarle al virus, lograron muchos científicos desarrollar una vacuna que nos serviría para disminuir los riesgos de muerte por el virus, aunque para nosotros los niños no han desarrollado la vacuna, es muy bueno saber que al personal de la salud si los podían vacunar y los adultos mayores, porque mi papi hace parte de la atención de la primera línea, todos los días era preocupante saber que no se fuera contagiar y ahora estamos mas tranquilos ya logro tener las dos dosis del laboratorio Pfizer.
En este momento me siento más tranquilo, pude retomar algunas de mis actividades normales, como lo son entrenar natación de martes a sábado en las olímpicas, asistir a mis tutorías con Marina, tomar las clases de piano e inglés, aunque en casa, pero poco a poco he regresado a mi vida normal. Para finalizar les quiero contarles mis viajes durante la pandemia, en la semana de receso escolar fuimos a la finca de la vecina, la pasamos super felices y más porque de casualidad me encontré con mi compañera de colegio Isabella Reyes y nos divertimos mucho en la piscina y montando caballo, en diciembre fue muy chévere en viajar por carretera a Paipa y compartir con mis tíos y primas, me hacia falta verlos, jugar, reír y disfrutar de su compañía y en la semana santa regresamos después de dos años a nuestra cabaña en Ocaña, donde son mis papas, me sentí muy pero muy feliz de llegar, jugar con mi hermana a construir casas, ver a mi abuelo con buena salud y compartir con mis primos de Cúcuta fue lo más divertido, porque alquilaron un gran saltarín y saltamos hasta cansarnos. Todo estas vacaciones me hicieron reactivar mis energías para iniciar este nuevo periodo.