La pandemia del Covid 19 ha sido un hecho histórico de la humanidad, esta ha hecho cerrar muchos países y ha causado más de un millón de muertes alrededor del mundo, actualmente se están repartiendo vacunas para no sufrir los efectos graves y la muerte causados por el COVID. Este virus a causa de los cierres y las cuarentenas ha afectado las economías y las sociedades de muchos países, uno de estos es Colombia, el cual al inicio fue seriamente afectado por estas obligaciones. Por ello habían decidido hacer una reforma tributaria muy violenta, la cual puso en descontento al pueblo, esta reforma fue el Florero de Llorente del paro, lo cual llevó a protestar desde la violencia policial, el mal manejo de la pandemia y junto a esto la corrupción y el derroche del dinero en cosas menos necesarias en vez de invertirlas en la salud y la mejora de sus deficientes servicios. En concreto, esta pandemia ha generado una revolución social, demostrando lo poco que Colombia estaba preparada para estas situaciones de crisis sanitaria y por qué el Gobierno colombiano debe tener en cuenta al sector de la salud.
Una de las razones de esto es la poca inversión que había en el sistema sanitario, ya que como podemos ver es hasta común ver llegar a niveles críticos los espacios de UCI en muchos municipios del país. En Bucaramanga podemos ver este problema como dice el siguiente artículo de Semana: “En la mañana de este miércoles (26 de mayo) continuó acrecentado la preocupación del gremio médico y de las autoridades civiles de Bucaramanga y el área metropolitana porque la ocupación de las unidades de cuidados intensivos llegaron al 99,63 %, llevando a algunos de los centros médicos y hospitalarios a decidir quién entra y quién no”. Aquí podemos observar la situación crítica de Bucaramanga, llevando al punto de tomar decisiones morales para ver quien tiene cama UCI o no (algo como jugar a ser Dios escogiendo quien sobrevive y quién no).
No obstante, como dice este mismo artículo de Semana una de las principales causas de este incremento es el paro: “La capital de Santander vive el peor panorama desde que se inició la pandemia. Las movilizaciones acentuaron el problema”. Aún así este problema de la falta de infraestructura y personal en instalaciones de salud ha afectado al país desde antes, en especial en regiones que han sido abandonadas por el Gobierno (otra de las razones por las que se protesta en el paro). Esto se puede ver en regiones como el Chocó como dice el siguiente reportaje: “Ateniéndose a la propia Contraloría, la descripciones hablan de pintura levantada, crecimiento de hongos, humedad en urgencias y en las salas de cirugía debido a la mala ventilación y daños en el aire acondicionado, “un ambiente propicio para la generación de gérmenes y bacterias”. Esto demuestra lo pobres que son los hospitales en el Chocó, teniendo condiciones muy malas para atender a las personas, al punto que una una casa de un civil puede estar mejor preparada para recibir una cirugía que estas edificaciones. Podemos recalcar la poca preparación del personal y las condiciones críticas en este departamento por el diagnóstico del coordinador de la Cruz Roja en Istmina, Jorge Luis Mosquera Mosquera: “La calidad del servicio de salud en el departamento del Chocó es muy mala, pues no se tiene los medios y no se hace mantenimiento oportunamente; no hay agua potable y los médicos que prestan sus servicios están en el año rural y no tienen la suficiente experiencia para atender los casos que se presentan. Se han visto casos en que los médicos han fallado y mueren los pacientes”(Juan Luis Mosquera Mosquera).
Lo más repudiable de esta situación es la corrupción que hay en la inversión en los sistemas de salud de Chocó, lo cual hace que no haya una buena administración y así perdiendo la vida muchos pacientes. Esto se refleja en lo dicho por la Cruz Roja y la Contraloría de la nación, expresado en el siguiente artículo: “Las palabras de hace apenas tres meses del responsable de Cruz Roja son tan vigentes que el informe hecho público esta semana por la Controlaría de la Nación no solo subraya esta situación, sino que apunta otras como los crecimientos considerables que presentan en el departamento del Chocó los casos de morbilidad de salud pública. Es el caso de la malaria cuyos casos han pasado 19.520 el año pasado a 28.853 en 2016. O la enfermedad diarreica aguda, los casos pasaron de 12.801 a 20.513. Son indicadores de una mala gestión de salud pública en la región. Junto a ello, este organismo señala la existencia de, al menos, 70 irregularidades en el manejo de recursos de la salud en Chocó que habrían ocasionado un detrimento patrimonial de más de 2.693 millones de pesos, tan solo el año pasado”. De esto podemos concluir que no solo las instalaciones médicas están mal preparadas para atender el Covid 19, sino también enfermedades como la malaria o la EDA. Lo cual en otros departamentos con sistemas de salud más fuertes lo pueden tratar con suma facilidad, demostrando que la corrupción hace que se juegue con las vidas de las personas, incluso con condiciones médicas que en otros departamentos no serían una sentencia de muerte.
Otra de las razones por las cuales no se inverte en la salud es porque no hay suficiente dinero para hacer una inversión segura en estas. Sin embargo, esto es a causa de la mala administración y el derroche de dinero en ámbitos innecesarios. Ya que como es bien conocido en Colombia el Gobierno ha llegado a invertir en cosas banales cuando hay temas más críticos como la salud del país, en especial en esta situación de pandemia y en los sectores donde el sistema sanitario está a un nivel crítico. Esto se evidencia en el siguiente fragmento del reportaje sobre la inversión en la imagen de Iván Duque, Presidente de la República de Colombia: “En medio de la crisis que enfrenta Colombia por el coronavirus, el presidente Iván Duque una vez más es blanco de críticas por sus millonarios contratos en momentos de austeridad.
En esta ocasión, la firma Du Brands SAS, conocida también por trabajar en campaña política cuando el actual mandatario estaba como candidato a la presidencia, recibió 3.350 millones de pesos con el fin de mejorar el posicionamiento en redes y la imagen de Iván Duque”. Aquí podemos observar cómo el mandatario colombiano utiliza los fondos del Estado para mejorar su imagen en redes, esa cantidad de millones de pesos colombianos pudo ser utilizada para mejorar las condiciones de muchos hospitales, ampliar el espacio de camas UCI o al menos mejorar la preparación, remuneración y cantidad de personal médico. Pero fue utilizada como propaganda durante su actual presidencia para demostrar su importancia en situaciones críticas, no obstante, las acciones valen más que las palabras y este dinero se debió utilizar en este ámbito, en especial en las condiciones críticas de pandemia por las que pasa Colombia.
En concreto, tenemos un muy mal sistema de salud, en algunas regiones más que en otras, a causa de la falta de presencia del Gobierno y la corrupción, todo esto demostrado por la llegada del virus a Colombia. Esto es visible en las instalaciones médicas, la falta de implementos, los espacios mal preparados, la falta del personal de salud, la poca preparación de este, su pobre remuneración e incluso la falta de un buen tratamiento de agua. Y el dinero que se puede invertir para mejorar esta situación del sistema de salud colombiano es utilizado de mala forma, solo para hacer campañas políticas respecto a la imagen del presidente y así asegurar que la gente de su partido en el siguiente periodo de elecciones sea escogido para ser mandatario de este país. Hay que crear conciencia sobre esta situación, la cual usualmente se deja de lado, y así no solo estar mejor preparado para futuras crisis sanitarias, sino también que esto nos deje una enseñanza que la salud es prioritaria ante cualquier tipo de inversión.
