Cuando empezó la cuarentena me acostumbre muy rápido ya que una niña de 11 años no se va a preocupar por fiesta o amigos, bueno al menos yo. Luego comenzaron las clases virtuales cosa que detesto y amo a la vez, en ese punto de la pandemia ya no todo era divertido.
Cambie mi estilo, de ropa, música, series, prácticamente todo lo cambie, además pase de ser una persona supremamente feliz y social a ser una niña con 3 amigos que ya no es tan feliz como le gustaría. Después de mi crisis existencial descubrí que ya no me emocionan las cosas como la navidad, mi cumpleaños u otros cumpleaños o los días festivos así que en pocas palabras en los primeros meses de cuarentena cambié.
Después de un tiempo el colegio se volvió más y más pesado así que mi único pensamiento en 10 meses fue “¿será que si le llego el trabajo al profesor?” o el famoso “ojalá se vaya la luz”, cabe recalcar que al principio no me gustaban las clases virtuales, pero poco a poco le agarre al gusto.
Después de 10 meses de estrés. Ganas de partir la pantalla del computador y morir de ansiedad al momento de mirar la plataforma con mi mamá, pasé el año y salí a vacaciones. En ese tiempo el teléfono se convirtió en mi mejor amigo o como mi diría mi papá en otra extremidad, cuando deje mi obsesión con el teléfono, comencé a leer y mi enamore de la lectura, después se me ocurrió escribir un libro que sigue en proceso, pero pues ajá.
Me gradué de primaria para pasar al bachillerato, al principio tenía miedo pues siempre me implantaron el miedo a las etapas como cuando pasé de preescolar a primaria y siempre van con las mismas frases “pónganse las pilas que en bachillerato ya no la van esperar” o “y eso que usted no ha entrado a bachiller” yo me aterraba, pero cuando empezó me di cuenta de que el bachiller es lo más increíble del mundo, obviamente es exigente pero no le quita lo increíble.
El 31 de enero del 2021 fuel el cumpleaños de mi mejor amiga me invito a su casa, vimos películas, series de los 00’, comimos torta y le hicimos una broma a unos niños de su conjunto, fue muy divertido, Cuando entramos a clases de nuevo mi WhatsApp se llenó de grupos escolares y mi historial de google ahora solo tiene la palabra “gnosoft” y “aula virtual Fcuis” cosa que es triste, pero pues toca.
He aquí la historia de una preadolescente con problemas existenciales demasiado estúpidos para existir y más trabajos que neuronas.
