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LA CULEBRA PICO DE ORO – María Victoria Parada Rodríguez 11°C

Bucaramanga es una ciudad que se ha caracterizado a lo largo de su historia por la rebeldía de su gente, lleva consigo un reflejo del espíritu santandereano; el claro ejemplo de ello es la sociedad La Culebra Pico de Oro, llevada a cabo por artesanos que buscaban mejores condiciones económicas para todos los pertenecientes a la organización, promoviendo la producción local sobre la europea.

La Organización Culebra Pico de Oro, tuvo sus inicios a partir de que en Colombia se decidió derrumbar aquellas medidas que protegían la producción local, por lo que la economía de los productores santandereanos se vio abatida por toda clase de productos extranjeros que ingresaban al país por el libre cambio, todo esto impulso a la comunidad santandereana a ejercer voz en contra de la elite que había ido forjándose en la ciudad, porque no solo se le marginaba a partir de la pérdida de su competencia en el mercado sino que a nivel social se le rechazaba al no poseer el estatus alto, todos los hechos apuntaron a la violencia por parte de este grupo pues de alguna otra forma debían hacer escuchar sus inconformidades.

Esto hoy en día ha dejado una cicatriz en la sociedad que representa a los trabajadores y sus deplorables condiciones laborales pues a la hora de elegir algún candidato, que haga parte de la elite que aún existe, la voz del pueblo se levanta.

En Bucaramanga, las reminiscencias de este hecho generaron resistencia por parte de las clases obreras, pues a partir de la revuelta en esta ciudad se le dio mayor importancia y se empezó a expresar orgullo por los productos locales como lo es el caso de una de las primeras bebidas gaseosas, Hipinto; también en su producción de calzado por el barrio San Francisco y la exaltación en la gastronomía con salsas como la tártara y la piña.

Para sintetizar lo anterior, en Bucaramanga a partir de los sucesos violentos se sembró una cultura resiliente y capaz de luchar por sus ideales, que generó un sentido de pertenencia por lo suyo y desarrollo la capacidad de saber que la voz del pueblo vale.