La pandemia que ha provocado el COVID-19 ha sido una situación alarmante que se ha expandido mundialmente y ha provocado numerosos conflictos en la mayoría de aspectos que nos benefician a nosotros los seres humanos. El impacto ha sido fuerte, en tanto el área económica, social, y obviamente, en el estado de bienestar físico y mental que poseemos. Pero, es difícil de conocer el futuro debido a la evolución rápida de la situación…
¿Cuáles serán sus consecuencias en la economía mundial?
¿Podemos esperar una colaboración total de los distintos gobiernos y una desaparición más rápida del coronavirus? O al contrario, ¿debemos reforzar el aislamiento de las economías provocando estallidos sociales y caídas de la economía mundial?
Todos los escenarios son posibles. Los dirigentes de los organismos públicos y privados deben prepararse ante todos estos casos. A continuación, vamos a citar cuatro posibles opciones o escenarios que pueden suceder y desembocar en un futuro tomando en cuenta lo qué está pasando actualmente:
1. Una tempestad temporal. Los gobiernos de los diferentes estados colaboran, comunican rápidamente y con eficacia. Los sistemas de salud regresan a su situación normal, la población respeta las reglas sanitarias, o en otras palabras, actuamos colectivamente para erradicar la pandemia. La población aprende de nuevo a confiar en las instituciones internacionales. Habrá una desigualdad entre las diferentes clases socioeconómicas ya que las más impactadas por la pandemia que son las pequeñas empresas o las PYMES y las clases medias y populares, tendrán dificultades, pero lograrán a sobresalir. Sabemos, por medio de la historia, que después de las pandemias, la vida regresa a la normalidad.
2. Las empresas multinacionales predominarán el mundo. En este escenario la pandemia no está manejada rápidamente como lo esperarán los gobiernos del mundo. Las grandes empresas toman sus responsabilidades y se asocian con los estados, ayudándolos en sus tareas. Es decir, podrá existir asociaciones entre el sector privado y público con innovaciones que resolverá a largo término los problemas por el bien común. Podemos hablar de las compañías gigantes de la tecnología y los laboratorios farmacéuticos, habrán mejoras de los softwares y de las herramientas como las de análisis en materia de salud, además que aumentará la percepción positiva del público a esas grandes empresas multinacionales y a su vez su rol será predominante.
3. La dominación de Asia. Los países de ese continente manejan mejor y más rápido la crisis que los países occidentales: China (donde nació el virus en primer lugar), Corea del Sur y Taiwán están en la cima de la escena diplomática mundial. Estos países asiáticos coordinan los diferentes sistemas de salud del mundo como sus propias empresas; sus capacidades a erradicar la propagación del virus debido a un control estricto de su población será un modelo. La población aprende a aceptar la restricción de las libertades como una necesidad para asegurar el buen funcionamiento de nuestra sociedad. Las actividades cotidianas como la educación, la interacción social, la política o el hecho de hacer compras en un supermercado será de manera virtual.
4. El aislamiento de las naciones. El virus muta, la pandemia se queda en el mundo entero. El número de muertos y de conflictos sociales se multiplican, la economía mundial está en caída libre y el miedo se instala. Los países se aíslan, los gobiernos refuerzan el control de sus poblaciones gracias a la tecnología. La colaboración entre los estados paran, las fronteras se cierran, los desafíos del medio ambiente no son una prioridad, solo la autonomía de los estados para proteger a su gente cuenta y realizaremos un salto hacia atrás, retorciendo en vez de avanzar. Los países pobres no resistirán y aumentará la desigualdad entre los países ricos y pobres. El mundo podrá estar dividido en dos zonas: la zona para los países ricos, donde la pandemia será erradicada y la zona para los países pobres, en donde estarán aislados del mundo entero. El COVID que no será controlado en un país será una amenaza mundial.
Vimos los diferentes escenarios que en el futuro podrán darse. La pandemia demuestra la urgente necesidad de tomar medidas sanitarias y económicas rápidas, donde todos los países deberán cooperar para amortiguar el choque, proteger a las poblaciones vulnerables y reforzar la capacidad de estos países a anticipar y gestionar crisis similares en el futuro.
