EL ABSTENCIONISMO EN COLOMBIA – Por: Silvia Juliana Vargas Ramirez 9°B
El número aproximado de la población en Colombia es de 48 millones de personas (country meters), de las cuales 36 millones son mayores de edad (country meters), y tienen el privilegio de votar, pero en el mejor de los casos solo una cantidad de 15 millones (country meters) lo ejercen, y el resto del censo electoral prefiere evitarlo, y así dejan que otras personas decidan por ellas, la justificación que generalmente se expone para justificar este
comportamiento es que “ninguno de los candidatos merece su voto debido a que son unos corruptos y que no vale la pena votar por nadie”, u otros dirán que “si votan en blanco, los políticos sumarán ese voto como si fuera suyo”, por lo tanto no votan; pero cuando conocen los ganadores y sus nuevos gobernantes empiezan a tomar decisiones no tan populares como aumentar los impuestos, entonces quienes no votaron se quejan de las malas elecciones de los demás, olvidando que si ellos y todas las personas que evitaron elegir, hubieran votado en blanco, esta opción posiblemente hubiera ganado, y por consiguiente obligado a convocar nuevas elecciones con nuevos candidatos favoreciendo al pueblo, debido a que tendría nuevas opciones y propuestas, y de paso se le daría a los políticos un mensaje de inconformidad por la forma en que han venido incumpliendo con su deber de administrar honestamente los recursos del estado en beneficio del pueblo que los elige y que tiene derecho a unos beneficios justos y equitativos de parte de sus líderes políticos.
Además de lo anterior, en el caso hipotético de que todo el censo electoral decidiera votar, habría menos posibilidad de compra de votos, ya que para los “caciques” electorales ya no serían suficientes unos pocos votos adquiridos de forma clientelista sino que dependerían un poco más del voto popular que es la forma más honesta de ejercer y promover una verdadera democracia.
En conclusión, debemos procurar que todas las personas que tienen la posibilidad de votar conozcan los beneficios y las consecuencias que le pueden generar su legítimo derecho a elegir y ser elegido, y no debemos pretender aislarnos de la política ya que ésta es una realidad en la que todos los ciudadanos estamos involucrados.