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DEPENDENCIA A LAS REDES SOCIALES ¿UNA NUEVA ADICCIÓN? – Christelle Pelissier Ebrat 11°

La comunicación digital vía las principales redes sociales tiene un rol importante en nuestra sociedad. ¿Por qué y cómo? ¿Cuáles son las consecuencias de las redes sociales en nuestra vida? ¿Es acaso una fatalidad?

Cuando hablamos de adicción pensamos en las sustancias y las drogas más clásicas, estilo alcohol, cocaína, etc. Pero hoy, esta dependencia a las redes es asociada al termino adicción.

Antes de sumergirnos en detalle, de ver la manera cómo esas herramientas influencian nuestra vida y nuestra manera de comunicarnos, regresamos a la amplitud del fenómeno. La interacción que permite las redes sociales la creación de la reputación, de la visibilidad, hacen que sean instrumentos fundamentales en el marketing y la publicidad.

Las redes son un medio que permiten atraer a los consumidores… y funciona. La gente se imagina que solo los adolescentes están en las redes sociales y conectados permanentemente, pero se demostró que también los adultos son igual de dependientes a estas.

La principal consecuencia del crecimiento de las redes es la dependencia que estas crean en los usuarios, y también hablamos de dependencia en el sentido médico. Encontramos esto con la multiplicación de la mensajería instantánea y esta última genera una fuerte adicción. Hablamos de todo, pero sobre todo de nada, durante horas y no nos damos cuenta.

El éxito de las redes sociales se explica por el síndrome del “miedo a perderse de algo”, por la facilidad de las publicaciones. Siempre pasa algo de lo que nos debemos enterar, entonces, estamos entusiasmados en esa carrera hacia la novedad. Ese miedo de perderse las novedades, conducen siempre a regresar a las redes sociales. Si usted es un influencer, la dependencia es más extrema. Interactuar con sus seguidores es tan sencillo, por lo que siempre habrá ese famoso retorno para leer los comentarios de su último tweet, o de su video de YouTube.

Aunque las redes sociales tienen sus ventajas, como encontrar trabajo, vender, reencontrarse con una persona, estar informado de lo que pasa en el mundo, entre otras… hay que resaltar algunas zonas oscuras. Además de esa fuerte dependencia a diversos factores (amistades fáciles con desconocidos, posibilidades de ser otra persona en la web, necesidad de reconocimiento), hay problemas más graves.

El primero es la ciber-delincuencia: robo de datos, pirateo de identidad. Existe también el ciber-acoso y todos los daños que ocasiona en el medio escolar. También las noticias falsas “fake news”, o cómo crear polémica que no existe a partir de nada.

¿Estamos condenados a ver las redes sociales tomar el control de nuestras vidas? No, la idea es que no lo haga.

La red social es un servicio que no es malo, ni bueno por naturaleza. Sabemos que las grandes empresas de tecnología se basan sobre las búsquedas en psicología cognitiva y la neuro-ciencia para atraer nuestra atención. Pero siempre es posible utilizar cada aplicación para lo mejor, o para lo peor. Debemos tratar de establecer una relación más sana con esas redes y sacar lo positivo de estas.