Alrededor del mundo la expansión del COVID ha afectado la economía de cada región. La economía global ha experimentado la peor recesión económica en 90 años. Se estima que se han perdido 114 millones de puestos de trabajo y alrededor de 120 millones de personas han vuelto a sumirse en la pobreza extrema. Sin embargo, en América Latina, el impacto económico de la crisis de Covid-19 es múltiple y desastroso.
En Latinoamérica, la pandemia de covid-19 provocó un estallido sanitario, económico y social donde ocurrió una contracción económica de -7,7% y casi tres millones de empresas cerraron. Las implicaciones del COVID dieron resultado en el cierre de actividades económicas, la destrucción de empleo y la reducción del comercio. Este impacto brutal disparó la desigualdad y la pobreza en América Latina. Cabe destacar que, las economías latinoamericanas ya presentaban endeudamientos en sus gobiernos, de por sí altos, antes de la llegada del virus a la región. No obstante, podemos ver como un año después de la aparición de los primeros casos de COVID, la deuda es superior y se estima como la más alta del mundo.
En el mercado laboral, las mujeres y los jóvenes están entre los colectivos más perjudicados. Las mujeres tienen una fuerte presencia en el turismo y los jóvenes tienen trabajos más precarios. Es importante destacar que, el turismo ha sido uno de los sectores económicos más afectados por la pandemia. Además, las mujeres han tenido que duplicar el tiempo de trabajo entre el cuidado de la familia y el hogar a causa de las nuevas obligaciones durante el confinamiento.
Asimismo, la brecha social también se ha aumentado con la pandemia. En Colombia, según la encuesta de Pulso Social del Dane, se conoce que 2,3 millones de hogares solo ingieren actualmente dos comidas al día, que 69,8% de los jefes de hogar no tiene posibilidades de ahorrar alguna parte de sus ingresos y que otro 19% ni siquiera cuenta con ellos. Además, según la base ya conocida del Sisbén IV, ya se han identificado a 4,6 millones de personas en condiciones de pobreza extrema, otros 8,5 millones en pobreza moderada y más de 7,9 millones están dentro de la población catalogada como vulnerable. Por el contrario, desde marzo del 2020, ocho magnates latinoamericanos han superado la barrera de los mil millones y las élites económicas de la región han ampliado su patrimonio en 48.200 millones de dólares, un 17% más que antes de la aparición del coronavirus, según Oxfam. Esta contradicción demuestra la realidad Latinoamericana, donde los más ricos se vuelven más ricos incluso cuando estamos en crisis y los pobres se vuelven más pobres.
El incremento de la desigualdad y pobreza ha reavivado las protestas sociales en la región, ampliando las ya demostradas en la segunda mitad de 2019 en Colombia, Chile y Ecuador. Ya que, si se amplía aún más la brecha, pasa de ser no solo una crisis sanitaria, política y social sino también a una crisis política.
En Colombia, desde el 28 de abril del 2021, el estallido social ya se está viviendo. Miles de Colombianos salieron a las calles a demandar un futuro mejor y a manifestar el rechazo hacia el proyecto de la reforma tributaria. Esa reforma ya sé cayo, pero los colombianos tienen otras razones para protestar. Además, alrededor del país se han presentado bloqueos. Estos con el objetivo de impulsar diálogos para llegar a acuerdos con el gobierno nacional sobre las propuestas.
Algunas propuestas económicas que el comité del Paro Nacional está buscando son: la renta básica, el Comité del Paro propuso que sea un salario mínimo, para atender las necesidades básicas de las familias más pobres, y se propuso la matrícula cero para estudiantes de estratos 1, 2 y 3 en universidades públicas. Estas propuestas económicas tienen el objetivo de buscar salidas a la difícil situación que estamos viviendo.
A pesar del fuerte impacto económico, hay algunas señales positivas en la economía Latinoamericana. Por ejemplo, la cooperación relativamente alta entre países dio lugar a una declaración firmada por 26 países de América Latina y el Caribe en las primeras etapas de la pandemia, expresando su compromiso de salvaguardar el sector agrícola, que representa el 6% del PIB de la región y emplea al 14% de su fuerza laboral.
En conclusión, la pandemia está teniendo un fuerte impacto económico y social en América Latina. Se ha incrementado el desempleo, se han cerrado empresas, y ha aumentado la pobreza y la desigualdad. Estas problemáticas impulsaron estallidos sociales como, por ejemplo, el de Colombia. La restauración de la economía dependerá de cómo la pandemia evolucione y de la evolución de la economía mundial.
Bibliografía:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-56239544
